miércoles, 26 de enero de 2011

Rescate (y 2)

Yo no soy tampoco capaz de analizar en profundidad todos esos cambios, pero apuntaré algunos aspectos que siempre surgen cuando las personas que están preocupadas por nuestra época hablan entre ellas.
Se ha dicho que la izquierda está en crisis, que sus ideas, heredadas de la Ilustración del siglo xviii, ya no funcionan en nuestro mundo de Internet, del IPhone y de Wikileaks. Los tres son productos del capitalismo, productos tan intangibles y lúdicos que los hacen tanto más atractivos para nuestras sociedades acomodadas. A lo único que están acomodadas nuestras vidas es a que les repitan siempre la misma canción sin pararse a pensar si la letra no quiere decir absolutamente nada. Una idea común es que el capitalismo y su panacea, el mercado, crearon las mismas libertades, las mismas oportunidades y la capacidad para que los individuos superasen las trabas de la "feudalidad" que las ideas revolucionarias, esa guillotina manchada de sangre. Esa misma idea se volvió a resucitar coincidiendo con el "análisis" del fracaso del comunismo después de la caída del Muro de Berlín en 1989, y se resucita cada vez que un movimiento o perspectiva de cambio, por pequeña que sea su capacidad de emancipación del pensamiento único del mercado y de las finanzas internacionales, se presenta en el mundo.
Se trata de una simplificación perversa. Los que quieren convencernos de esto olvidan que la prosperidad económica del liberalismo no trajo a la Europa postrevolucionaria de 1820 más libertades políticas (todo lo contrario, restauró el absolutismo), y que la Europa del Este post-Gorbachov es un caos en el que la corrupción, la mafia y la venta de la riqueza de la mitad de Europa se ha producido con el beneplácito de los conversos a la economía de mercado, tanto si eran rusos como, naturalmente, si eran occidentales. Misha Glenny, autor de MacMafia, ha calificado a la irrupción del capitalismo salvaje en la antigua URSS a partir del fracaso del golpe de 1991 y la ascensión de Boris Yeltsin al poder, como el mayor atraco perpetrado jamás en la Historia de un pueblo. Putin no se ha alejado demasiado de esta linea, aunque su versión del saqueo, el llamado autoritarismo de mercado, pueda parcer menos caótico y a los ciudadanos rusos se les pueda vender como patriotismo. Putin es más querido aún en Occidente que el impresentable de Yeltsin. El resto de países del antiguo bloque soviético son una mera sombra de esta situación.
Buena parte de los capitales utilizados para sentar las bases de la Revolución Industrial procedían del tráfico de esclavos. Ahí ya se anunciaba por dónde iban a ir los tiros: el dinero que se amasa con sangre trae sangre. La necesita para multiplicarse. Los obreros de Manchester no fueron encadenados para un largo viaje hacia América: quedaron recluidos en las fábricas. Una razón por la que los imperios español y portugués cayeron a partir de 1810 en manos de los que querían la independencia fue que estas clases no solo querían solo ser "patriotas" sino también comerciar en mejores condiciones con Gran Bretaña, el agente capitalista agresivo por excelencia del momento. Las clases acomodadas latinoamericanas han seguido el mismo patrón. La bandera del país ondea en lo alto para los pobres y ellos llevan su dinero a Suiza o Estados Unidos. En caso de problema serios, el Tío Sam vendrá a ayudarles. Por otra parte, hablar de Estados Unidos como un todo homogeneo es engañoso: los millones de pobres en el país más poderoso del planeta son el testimonio de que existen dos mundos en cada nación: en uno hay pocos que tienen mucho; en otro, hay muchos que no tienen nada.
Aunque no pueden negarse los excesos revolucionarios de 1789 o de 1917 (o los de 1936 en España), hay que tener en cuenta que fueron alentados por siglos de opresión de las masas populares, que finalmente habían tomado conciencia de su poder. La Revolución no fue ni más ni menos sangrienta que los otros acontecimientos que convivieron con ella. El final del siglo XVIII vio las guerras napoleónicas. Napoléon tenía de jacobino lo que yo de estrella del ballet Bolshoi; sin embargo su aventura imperial costó a Europa más muertos que la Revolución y trabajó a favor de la burguesía del dinero, tanto francesa como, a la larga, del resto de potencias europeas que le habían derrotado. 
                                                                                        Antonio Muñoz Lorente

                                                                                   

miércoles, 19 de enero de 2011

Rescate (y I)

Se habla mucho de rescatar la economía española, de alzas en las bolsas, de presiones exteriores, de vacas flacas, de vacas gordas. El conseller de Sanitat del nuevo gobierno de CiU aconsejó a los ciudadanos que se hicieran de una mútua sanitaria privada. Es algo semejante a que su médico de cabecera le aconsejara acudir al curandero, pues él no tiene tiempo ni ganas de atenderle. Si antes del verano el tema estrella parecían ser los casos de corrupción inmobiliaria en toda España, el nuevo monigote de los media son ahora las primas de riesgo, la caida de la economía portuguesa y los apetitos económicos irrefrenables de Angela Merkel. Javier Arenas, otro leviatán de la economía (de la suya especialmente) aconsejaba no caer en triunfalismos (?) y mirar a Alemania, que va a "crecer" espectacularmente en estos meses que se avecinan, mientras nosotros nos damos con un canto en los dientes. En realidad, Merkel está admirada de que Zapatero sea incluso más de derechas que ella. Y Arenas lo sabe.
Es probable que tardemos años en analizar las pérdidas reales que va a generar esta crisis. Y estás pérdidas no serán en puestos de trabajo o en pobreza inmediata: la destrucción de empleos y la miseria a la que los trabajadores se han visto abocados en las tres últimas décadas continuará al mismo ritmo si el neoliberalismo sigue dominando la economía; no vienen determinadas por la crisis, sino por la bonanza de los que se han apoderado de la economía. Las altas finanzas no quieren saber nada de la economía diaria: se la cambian a los cromos como niños pequeños. ¿Saben que cada una de las tres firmas de control crediticio que ponen Aes y Ues a la economía española pertenece a una multinacional norteamericana? Es algo que cuesta entender: ¿cómo se explica que una empresa pueda poner precio a un país y que éste encima le pague por ello? Cosas de la economía. dirán ellos. No se dejen engañar.
Lo que estamos perdiendo a pasos agigantados es la capacidad de analizar lo que sucede. Los intérpretes de nuestra realidad son Arenas, Belén Esteban, Intereconomía y Mourinho[1], y no necesariamente en ese orden. Es ese estado de miseria analítica, de incapacidad para darnos cuenta de lo perverso de los mensajes que diariamente se nos presentan en los media y en el consenso de los que sirven a las ideas lo que constuye la pérdida peor de esta época. De esa crisis debemos rescatarnos nosotros. De esa crisis si que somos rehenes.

                                                                                                       Antonio Muñoz Lorente


[1] El lector puede estar tranquilo, el que esto escribe desprecia el deporte como una actividad nociva intelectualmente. Donde puse Mourinho pude haber puesto Guardiaola o... (lo siento, ya no conozco a nadie más).

viernes, 14 de enero de 2011

Noam Chomsky - Diez estrategias de manipulación mediática, social y económica.


 Diez estrategias de manipulación mediática, social y económica.

1. La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones sin importancia.

La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar;
(cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado:
              “problema> reacción> solución”.
Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el demandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad.

 O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad. 

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990.
Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad laboral, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes. Nos suena, ¿verdad?, tantos cambios hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicados de una sola vez y no de forma gradual como se ha hecho.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato.
- Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente.
- Segundo, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado.

Esto da más tiempo al ciudadano para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.

Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? -“Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción más infantil y desprovista del sentido crítico de un adulto.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente neutralizar el sentido crítico de los individuos.
Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o a inducir determinados comportamientos.

7. Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad.
 
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

 “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia entre éstas y la Clases altas  permanezca inalterable en el tiempo y sea imposible de alcanzar una auténtica igualdad de oportunidades para todos.”

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser vulgar e inculto, mal hablado, admirador de gentes sin talento alguno, a despreciar lo intelectual, exagerar el valor del culto al cuerpo y el desprecio por el espíritu...

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que solamente él es culpable de su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos.

Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico y social, el individuo se autoevalúa, se autoinculpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.

Y sin acción, no habrá reacción ni revolución.

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y los conocimientos poseídos y utilizados por las elites dominantes.

Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente.

 El “sistema” ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. 

Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Noam Chomsky

(Lingüista)